Hace unas décadas, el incipiente movimiento ecologista español veía con recelo a unos agricultores y ganaderos a quienes responsabilizaba, muchas veces con razón, de ser los responsables de prender fuego a los bosques y envenenar animales salvajes, entre otras tropelías. Hoy reconoce su error. De hecho, ahora los considera aliados e incluso más, guardianes de la biodiversidad.

Manteniendo prácticas respetuosas con el entorno, las mismas o muy semejantes a las desarrolladas por los hombres y mujeres del campo durante siglos, tenemos ahora saliendo del farolillo de la amenaza de extinción a buitres, águilas, avutardas, osos y todos esos maravillosos seres (también insectos) que tanto bien nos hacen y nos pueden hacer en un futuro.

Como resultado de esta riqueza, el ecoturismo es ahora mismo un segmento en alza gracias al atractivo de un agropaisaje único donde animales y plantas se han convertido en estrellas indiscutibles. El 30% de viajeros prefiere el ecoturismo y su porcentaje crece año tras año, para beneficio de todos. Observar la fauna salvaje es una experiencia única en la vida, pero también ofrece una oportunidad de desarrollo a zonas tradicionalmente desfavorecidas.

Un ejemplo reciente es el proyecto AgroSOStenible promovido por la asociación Brinzal, cuya finalidad es aumentar la cantidad y calidad del hábitat en agricultura de secano disponible para las aves en municipios enclavados en zonas de la Red Natura 2000 del centro peninsular.

Aranjuez y Ciempozuelos (Madrid), Quer y Villanueva de la Torre (Guadalajara), Santa Cruz de la Zarza y Ontígola (Toledo) han sido los primeros municipios en sumarse a esta iniciativa de conservación de aves dependientes de medios agrarios. Los responsables de Brinzal quieren llegar más lejos y esperan que muy pronto otros municipios se sumen a una iniciativa que, como han señalado en una nota de prensa, “aporta beneficios a todos los participantes y permite potenciar a los municipios como destinos de turismo ornitológico”.

De la puesta en práctica de estas medidas no sólo se aprovechan innumerables especies animales y vegetales silvestres, sino también los propios agricultores, ya que sus cultivos controlan mejor las plagas y enfermedades de manera natural, y obtienen mejores cosechas en situaciones climáticas extremas, a lo que hay que sumar la reducción de costes económicos.

Dentro de las acciones de fomento del turismo y apoyo a los agricultores, AgroSOStenible incluye el etiquetado de productos procedentes de cultivos sostenibles. Con él se garantiza que el producto adquirido se ha obtenido mediante prácticas agrícolas compatibles con la conservación de la biodiversidad, aportando valor añadido a estos productos respetuosos con el medio ambiente y que redundan en beneficio de toda la sociedad.

CÉSAR-JAVIER PALACIOS. 20MINUTOS

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