La huella hídrica permite identificar el impacto que tiene la producción agrícola en el ambiente, por ello, discutir el tema es fundamental para desarrollar una visión sustentable en el manejo del agua y fomentar la cooperación entre los sectores involucrados.

Así lo consideraron expertos de Colombia reunidos en Costa Rica, en un foro organizado por el Proyecto Insignia de Competitividad, Sustentabilidad y Cadenas Agrícolas del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y el Proyecto EUROCLIMA- IICA, que se ejecuta con fondos de la Unión Europea (UE).

La huella hídrica es el volumen de agua utilizado para la producción de bienes y servicios. Existen tres tipos: la verde (agua de lluvia), la azul (de ríos, lagos y acuíferos) y la gris (agua contaminada).

Los expertos aseguraron que aunque es importante reducir el consumo de agua en la agricultura, también es fundamental identificar y entender cómo su origen puede impactar aspectos mercadológicos de los productos.

La agricultura que no utiliza sistemas de riego (huella verde) da un valor agregado a la comercialización, ya que muchos consumidores buscan productos sustentables. Si bien en América Latina la huella verde es importante, muchos agricultores no conocen los conceptos básicos del manejo adecuado del agua.

“El tema del agua es prioritario en la sustentabilidad de las cadenas agrícolas, y conocer cómo analizar su consumo es un paso esencial para mejorar la forma en que se usa el agua a lo largo de ellas”, aseguró la especialista en gestión de innovación tecnológica del IICA, Viviana Palmieri.

“Conocer la huella hídrica puede llevar a trabajar en conjunto a las empresas y el sector agrícola, involucrando a los productores en ese territorio común, para que compartan las retos y soluciones en el tema del agua”, explicó el director regional de Good Stuff International Latinoamérica y Caribe, Diego Arévalo.

Colombia: un ejemplo a seguir

En el foro se compartió la experiencia de Colombia en este tema. En ese país se mapeó la huella hídrica de diferentes sectores, incluido el agrícola y con esa información se ha fomentado una  planificación agropecuaria con una perspectiva territorial y ambiental de cuenca, así como la promoción de políticas públicas para la conservación de las cuencas hídricas.

“Se evidenció que una práctica de manejo agrícola adecuada logra disminuir el consumo hídrico, este es el caso del cultivo del arroz, donde se obtuvo una disminución de un 80% del agua que entró a los lotes, con reducciones de la huella hídrica de entre el 20% y 40%”, concluyó el investigador del Centro Internacional de Agricultura Tropical, Nilton Díaz.

Los especialistas concordaron que conocer la huella hídrica y su análisis puede mejorar la eficiencia en la agricultura y así combatir el cambio climático, que cada vez hace más difícil la producción en este sector.

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